viernes, 15 de febrero de 2008

La ley del carpe diem

El que sobrevive es el que se agarra al instante, haciendo de él su inspiración. Aquél que se mueve a contrarreloj, sin prisa pero sin pausa. El que está concentrado en el presente sin aislarse del pasado ni desentenderse del futuro. El que no deja el tiempo pasar sin haber opuesto resistencia, sin haberle echo sudar una victoria injusta. El que da eternidad a los segundos, alargándolos, moldeándolos a su manera, acentuándolos donde y cómo se debe para que así renuncien a su condición de efímeros sin causa. El que no se acuesta sin nada que recordar o escribir sobre las sábanas, el que pone letra y música a todo lo que hace. Aquél que se niega a despertar por las mañanas tan vacío como las mentes de aquellas personas que perdieron la ilusión y por cobardes y, de antemano, fracasados, no pelearon por recuperarla. Llega a lo más alto aquél que no se rinde a escalar por los días del calendario, ni a dejarlos pasar tan insulsos y vacíos como llegaron: es la ley del carpe diem.

1 comentario:

Santy Martínez dijo...

"tempus fugit", pero "in medias res", por ello no seas esclavo del "carpe diem"

Saludos.