martes, 7 de abril de 2009

Qué le está pasando


A ella algo le pasa. Ha perdido el apetito. Se ha instalado en su estómago una especie de revolución que hormiguea todo su cuerpo, que no necesita alimentarse. Pasa las horas en silencio, como si alguien le hubiera robado la voz, absorta, mirando nadie sabe qué. A veces le brillan demasiado los ojos al mismo tiempo que se apodera de su boca una mueca simpática. Se ríe a carcajadas sin separar los labios, sin hacer ruido alguno. Por las noches llega rendida a la cama, se abraza a las mantas y se duerme con los ojos abiertos. Cuando despierta, aparece envuelta en una paz imperturbable, puede verse en su piel la calidez que porta una noche cuando se llena de sueños.Últimamente escribe más de lo normal. Sobre las sábanas deja desperdigados bolígrafos y cuadernos, concilia el sueño entre letras. Camina más ligera, no se fatiga. No se cierne sobre su alma miedo alguno, sus hombros no soportan más peso que el del aire. Es incombustible y radical, vive entre la risa y el llanto. Dicen los que dicen entender de esto, que algo ha envenenado fieramente su corazón.