sábado, 10 de enero de 2009

Felicidad adolescente.

Recuerdo haber sido una de las personas más felices de todo el universo. Recuerdo haber estado, como ahora estoy, tumbada sobre la cama, flotando entre las sábanas. Tenía la sensación de haber amado hasta los límites, hasta donde la salud de la razón no aconseja. Me había dado entera, de pies a cabeza, de locura a cordura, aunque mi pensamiento, desde hacía años, había sido solamente tuyo. Todo sigue latente en mi memoria, a pesar de los inviernos que hubo de soportar tu recuerdo. A pesar de la lluvia y la nieve que a veces el frío de Enero regaló resististe en mi cabeza, como tumor inextirpable. Pero desde entonces-confieso-no he vuelto a sentir. Se han cruzado ojos en mi camino, pero todos eran lejanos e inciertos, ningunos quisieron llegar a mí. Pude haber tropezado con bocas y sonrisas de acero, pero todo lo esquivé, de todo quise desentenderme. Parece como si este músculo que hiberna bajo las costillas, que se estremece y se esconde, estuviese inducido en un coma profundo del que sólo logra salir cuando, a ciegas, reconoce tu tacto. Ahora, en estos días, vive demasiado. Hoy, que recuerda aquél entonces, llora en cada latido algo de nostalgia. Por eso regresé a la calle donde perdí la cabeza tiempo atrás, y allí seguía intacta, cubierta de polvo. Advertí el halo que dejaron nuestros cuerpos y todavía resplandecía. Me supe, de repente, en frente de tí, con tu chaqueta sobre los hombros, tiritando, como entonces por la emoción lo hacía. Ahora la conmoción me hacía temblar. Pude ver restos de mi vida, esparcidos como cristales rotos, por el suelo. Quise cogerlos y devolvérselos a una conciencia resquebrajada, perdida. Probé a acariciarte, a sentirte de nuevo cerca, pero todo era abstracto, como tú ya eras recuerdo

2 comentarios:

emperatriz dijo...

Vacilamos ante un futuro no muy prometedor. Y es que han pasado los años, y sigue intacto el recuerdo del aroma, de alguna caricia.
Podemos fácilmente volver a enamorarnos y querer, y mucho.
Pero hay en algunas vidas, momentos que trascienden mucho más allá del tiempo y de la plena conciencia.
Es posible que todo esto sea porque obligamos a nuestro corazón a sumergirse en un estado de nieblina y entumecimiento, y en el momento de despertar...Ays!! Como duele!!

sueño dijo...

A veces es el primer amor...
Otras un amor platónico...
Otras alguien que nos llega inesperadamente.
El caso es que siempre hay alguien que nos toca el alma de forma diferente.
Y esa huella, es para siempre.

Un beso.