miércoles, 10 de agosto de 2011

En falta

Echar de menos es extender los brazos hacia el vacío y sentir el peso del aire oprimiendo los recuerdos .Enterrar los abrazos, ortigar la piel, caer repetidamente en desconsuelo.


Echar de menos es sortear los huecos de ausencia del colchón, dormir con los ojos abiertos, inerte.Buscar infatigablemente entre las sábanas, pedazos de cielo, esperanzas ciegas de fe.


Echar de menos es viajar para asesinar a un tiempo ya muerto, vivir sumido en aeropuertos y estaciones de tren, que traducen las distancias en desarraigo, que no llevan a ninguna parte. Hacer de la atmósfera de las despedidas,lluvia ácida para los ojos.


Echar de menos es ser testigo de soles, esclavo de lunas, caminar de puntillas sobre el calendario.Contar las horas hacia atrás, rodar en sentido contrario al resto de mundos impares que por inercia chocan contra uno mismo.


Echar de menos es deshilachar el tiempo,cerrar sobres y cremalleras pero abrir todas las puertas. Es sentir el vértigo que provoca mirar atrás, y - por qué no- hacia delante con la inocencia y terquedad de unos veinte años resbosantes de gloria.


Echar de menos es respirar con la mitad de oxígeno, caminar cada dos pasos,ver con un solo ojo.

Es obligar a un alma dual, al áspero individualismo de la existencia.

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